Para nuestra desdicha la desertificación en países como España es cada vez más visible. Según un estudio hecho por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, durante este siglo el desierto se ampliará desde el sur hasta más de la mitad de la península ibérica. Es decir, casi un 80% de la superficie del país.
En España el sector agrícola tiene un peso importante. Sabedores de lo importante que es el agua para sus cosechas, los agricultores están apostando por las nuevas tecnologías aplicadas a su sector, basadas en Inteligencia Artificial e “Internet of Things” para enfrentarse a la desertificación y así lo muestran asistiendo a ferias y adquiriendo tanto información como formación sobre estos temas.
Mediante dispositivos “IoT” se logra una serie de datos que conceden una visión general del problema y a partir de ellos la Inteligencia Artificial puede realizar algoritmos que facilite a los investigadores hallar soluciones de forma rápida y dinámica. En la distribución de agua de regadío, por ejemplo, la Inteligencia Artificial permite saber la necesidad, impedir pérdidas en la red e incluido contratar la energía para disminuir el consumo.
En la región de Murcia, a través de una beca de Microsoft con nombre “AI for Earth”, los investigadores unirán herramientas de Machine Learning con técnicas de analítica de datos geoespaciales y de visión artificial.
Mientras tanto, en Aragón se han instalado dispositivos IoT que recogen una serie de datos (temperatura, humedad) con los que entrenan a la Inteligencia Artificial para que agilice las medidas a tomar en cada momento del desarrollo de la producción y poder hacer un seguimiento de los cultivos en tiempo real y de manera precisa.
Esta preocupación no es exclusiva únicamente a España. El calentamiento global es un hecho que no se puede ocultar.
S4 AgTech, empresa argentina, son los iniciadores del primer índice mundial para cubrir los resultados de las sequías. Usando satélites de la NASA, estudia las señales vitales del planeta con Machine Learning. Y a través de algoritmos, su tecnología reconoce el tipo de cultivo de cada imagen y describe su crecimiento para socorrer los cultivos ante cualquier imprevisto.
Las nuevas tecnologías ayudarán a los agricultores a maximizar los recursos acuíferos sin que se desperdicie ni una gota de tan preciado líquido, pero sin olvidar que también es obligación de cada persona no derrochar.
Nos encontramos en este mundo de prestado, cuidémoslo para las generaciones siguientes.